martes, 16 de agosto de 2011

Farcrim






Todo parece indicar que Juan Manuel Santos tiene una peligrosa obsesión con los manuales de historia que están por escribirse. Su retórica tiene siempre la ambición de las grandes transformaciones, las rupturas, los cambios de dirección. Quiere ser un hito en la línea que trazan los historiadores. Uno podría asegurar que cuando se le pierde la mirada en medio de los bazares para la prosperidad, está pensando más en sus memorias que en las quejas del concejal de turno. Los pragmáticos que aspiran a la grandeza suelen tropezar con múltiples paradojas. Pero nadie le puede negar a un político las aspiraciones de estadista. Solo se puede desconfiar.
El presidente Santos ha dicho que la sola aplicación de la ley de víctimas justificaría su llegada a la presidencia. Y la verdad es que el reto planteado y las expectativas creadas son tan grandes, que bien podría gastarse su primer periodo en hacer realidad ese catálogo de buenas intenciones firmado entre aplausos casi unánimes. Pero Santos ha dado muestras de no conformarse con los cambios en las oficinas de registro y los desembolsos de Acción Social. En su entrevista a propósito del primer año de gobierno dejó caer lo que parece su nueva gran ambición: “todos los gobernantes de los últimos tiempos han soñado con dejar el país en paz. Ojalá a mí se me den las circunstancias para lograrla”. En sus discursos siguientes ha mencionado el tema y aunque siempre pone sus reservas por delante, por los lados se trabaja en las condiciones de un diálogo: una comisión del Congreso plantea herramientas para una posible negociación con las FARC, el vicepresidente habla de hechos de paz como condición para volver a plantar la mesa y los profesionales de la palabrita vuelven a colgar la quimera al alcance de la opinión pública.
Ya se ha dicho que fue Santos el primero en plantear una zona de despeje con las FARC, algunos meses antes de que Víctor G. Ricardo dejará sellado el compromiso entre el futuro gobierno de Pastrana y el Secretariado. Su carta de 1997 hablaba incluso de una Asamblea Nacional Constituyente que se conformaría de común acuerdo con la insurgencia. Parece increíble que de nuevo algunos expertos en la paz planteen la posibilidad de que el país discuta su modelo económico o sus instituciones con la guerrilla. Santos ha echado mano del refranero al decir que “al perro no lo capan dos veces”, pero al mismo tiempo ha dejado abierta la rendija y brilla con gusto la llave que dice tener en su bolsillo: “la oportunidad, el momento y las condiciones tienen que ser indicadas para ser exitosos”.
Así que podemos estar a unas cuantas liberaciones y varios comunicados con compromisos y membretes de las FARC- EP del inicio de un nuevo proceso de paz y su consiguiente avalancha política. Desconcentrar al país entero para entregarnos, otra vez, a una supuesta voluntad de paz de las FARC sería el peor de los errores. Volveríamos a girar en torno a los dogmas guerrilleros y su fárrago de sociedad civil y poderes populares. La guerrilla no tiene ni seguidores ni discurso discutible en el país de hoy, sería un premio muy grande por su resistencia en los cambuches del sur y en los páramos andinos.
El ejemplo de la farsa del Caguán es elocuente. Pero tal vez sea mejor apelar a las lecciones de Ralito. En el mejor de los casos se le encontraría un papel político a Cano y a sus compañeros de mesa. De maestros de guerra a gestores de paz, por ejemplo. El grueso de los guerrilleros se filaría al momento de la firma del tratado, con Ban Ki-moon a bordo. En seis meses estaríamos hablando de las Farcrim y su poder en algunas regiones del país. Y Santos pasaría a la historia… de las FARC.





14 comentarios:

Pascual Gaviria dijo...

La última foto es de Santos como verificador del proceso de paz en el Caguán en 1998. El hombre sabe en qué se puede meter, sabe que la voluntad de paz de la guerrilla solo se puede medir con una intuición personal, no hay hechos que sirvan para medirla, y es muy posible que haga la apuesta. En mi opinión enturbiaría su gobierno a cambio de muy poco.

Juan Manuel Santos: el precursor del despeje

La columna de Daniel Coronell muestra como antes de la primera vuelta la campaña de Santos atribuía a Mockus una posible negociación con las FARC como la mejor manera de alertar al electorado. Pasó un año de gobierno y ahora Santos habla de un posible proceso de paz. Cada vez con más énfasis.

Pascual Gaviria dijo...

Una respuesta que le quedé debiendo a Eureka en la entrada anterior.

La producción de Coca sigue estando en casi un 90% en territorios de Perú, Colombia y Bolivia. Lo que ha cambiado en los últimos años es el aporte de cada uno de los paises en ese total. En este momento Perú y Colombia están casi enpatados y Bolivia llena la colita que queda faltando.
Lo que de verdad ha cambiado es el consumo. En Estados Unidos se ha reducido el gusto por la cocaína, ha caído desde el pico de los noventa, mientras en Europa se ha duplicado en los últimos años. Se calcula en 4 millones el número de consumidores europeos. De hecho el mercado gringo y el de Europa casi se igualaron.
En todo caso la coca es un arbusto de los Andes y ha seguido creciendo en su espacio original a pesar de las guerras y los hegocios.

Un muy buen estudio del Banco de la República sobre los cultivos de coca en Colombia 2009

Pascual Gaviria dijo...

Varios políticos sobre la posibilidad de un proceso de paz

No se podrá negar que el secuestro es la mejor herramienta política. Las FARC luego de ocho años de decadencia y repudio, tienen la posibilidad de recuperar el espacio político liberando a los policías y militares que logran sobrevivir luego de años en la selva

Pascual Gaviria dijo...

Santos habló de paz en su visita a Chile

Anónimo dijo...

Observo un común denominador en las fotos.

La mayoría de "negociaciones" de las farc, se hacen con el partido conservador.

Santos es un estratega; nunca negociará con el terrorismo. No será tan pendejo como Uribe, en dejar unas farcrim sueltas arreglando sus problemas a punta de asesinatos selectivos.

Pascual Gaviria dijo...

Anónimo: Faltó ojo en las fotos. En la primera estám Alfonso López y César Gaviria. En la tercera está Humberto de la Calle y es en plena Constituyente. Se dice que les ofrecieron un buen cupo y no les gustó. Barco fue el presidente de esas negociaciones. El intento ha sido bipartidista.

Me alegra la opinión sobre Santos. ¿Un estratega? En este tema creo no hay estrategia posible: si se mete en la negociación, se equivoca. Al hombre le gusta vestirse de blanco. Y además, mire el gabinete. Puede que la Pastranisación (sic) del gobierno Santos no esté muy lejos.

Anónimo dijo...

Lo único malo de la cultura mafiosa es que, como es superficial por antonomasia, en ella terminan instalándose a manera de sus hermenéutas, exhorcistas y diagnosticadores principales y eminentes, tipos tan tontos y apocados intelectualmente como pascual y alejandro gavilla.

Pascual Gaviria dijo...

Anónimo 8.25 Parece increíble que haya tontos dedicados a seguir las opiniones de los tontos.

Anónimo dijo...

Santos no es un estratega pero tampoco güevón. Contrario a lo que yo pensaba antes, Santos al parecer no tiene dogmas (yo soy un defensor de la libertad para cambiar las decisiones, además porque si no, se podría caer en fanatismos casi religiosos o peor aún en fanatismos políticos). Yo no creo que sea ni mucho menos un estadista, pero tiene las agallas para tratar de serlo, y eso, puede ser beneficioso para el país, tanto que lo ha demostrado al alejarse de su mentor Alvaro Uribe y de sus aspectos nocivos; así, en varios aspectos Santos ha demostrado que su interés no es serle fiel al lagarto de turno si no serle fiel a su estirpe. Santos sabe que si quiere pasar a la historia debe ser un buen presidente, y para ser un buen presidente debe ser muy cauteloso con sus decisiones y declaraciones, distinto a lo que hizo Uribe.

La gran diferencia entre Uribe y Santos es su cuna, la de Uribe es cuna montañera alimentada con aguapanela e influenciada por la cultura caballística (que desde hace tiempo es sinónimo de cultura traqueta), la de Santos es una estirpe de presidentes y grandes políticos que se ve nutrida por el narcisismo y la necesidad de pasar a la historia; ahí radica la diferencia, Uribe tomaba las decisones con terquedad de arriero sin importarle las consecuencias, Santos toma las decisiones siempre pensando que debe ser el Santos mas recordado en la historia, debe ser el mas distinguido de su linaje. Increíble pero ese narcisismo típico de las familias "high" bogotanas pudiera ser un factor benéfico para este dolido país. En estos precisos momentos me acuerdo de tola y maruja que hace algún tiempo recalcaban esa diferencia entre presidente y ex-presidente, viejas zorras!!!

Pascual Gaviria dijo...

Anónimo 7:14 No critico a Santos por cambiar de opinión o no tener dogmas, siempre se ha dicho que es un pragmático y eso está bien. Lo que no sé es si el simple argumento de cuna, de "estirpe" como usted dice, lo salve de la ambición de lograr la paz. En su opinión no hará el intento suicida de un proceso de paz por su necesidad de pasar a la historia y estar a la altura de su árbol genealógico. Mi opinión es la contraria: ese afán de grandeza, ese delirio que puede inspirar la gran estirpe y la Historia con mayúsculas, lo puede empujar a hacer un intento con las FARC que sacaría al gobierno de todos los carriles para ponerlo en las manos de los caprichos y los dogmas de una guerrilla artrítica.

Pascual Gaviria dijo...

La República le preguntó a 100 empresarios y analistas sobre las condiciones para un nuevo diálogo de paz. El 60% no cree en el cuento.

Encuesta sobre el clima para la paz

eureka dijo...

Pues ojlá no se crean el cuento de la paz, con la guerrilla. Las caricaturas de Valddo al respecto son buenas.

Yo también siento cierto humor de querer emprender procesos de paz durante este gobierno. La guerrilla astuta entrará en la mano de poker a ver que saca, seguramente con un bluff. Lo que si pienso es que Santos no va a aflojar el avance militar de las FFAA. El problema es encontrar la estrategia para darle duro a la guerrilla, seguramente esa estrategia desgastará mucho más logísticamente y será mucho más costosa.

Gracias por el dato de la coca, desde hace un año me preguntaba si el cultivo también se estaba trasladando a México.

eureka dijo...

Caricaturas de Vladdo

Anónimo dijo...

pascua... ese proceso de paz se viene de nuevo... lamentablemente eso se sabía... no creo que toque a este santos...